domingo, 15 de abril de 2007

Presentación Recital Vallejo abril 2008

INTRODUCCIÓN :

Desde hace algunos meses vengo introduciéndome en el mundo de César Vallejo, he leído su obra poética, algunas narrativas, notas periodísticas, leído y releído las 2 únicas entrevistas que concedió y de las cuales tenemos huellas, revisado y comparado diferentes cronologías, leído la novela biográfica de Eduardo González Viaña titulada “Vallejo en los Infiernos”; y también he navegado por diferentes libros y escritos físicos y virtuales. Toda esta aventura, me ha llevado también a conocer a algunos otros poetas de la época y a estudiar algo de la poesía latinoamericana de fines de siglo XIX y principios del siglo XX.
Tengo entonces algunos argumentos para señalar que si César Vallejo fue tratado con ingratitud por el Perú en vida, hoy de manera póstuma tampoco es reconocido en su real magnitud, es interesante visitar Chile y notar como se enaltece la figura de Neruda, o Nicaragua y apreciar como Rubén Darío es el héroe literario y orgullo nacional, algo análogo sin duda pasa con el romántico Gustavo Adolfo Becquer en Sevilla España.
César Vallejo es el más grande poeta de lengua castellana de todos los tiempos, para otorgarle ese galardón sólo hace falta leer, releer y sentir sus poemas, y tratar de hacer lo mismo con otros poetas, con esto quiero dar un mensaje de invitación a introducirse como yo lo estoy haciendo en un mundo de ternura, de exhortación, de tristeza y esperanza, armonizado de la elegante y precisa palabra y de la originalísima y sabia métrica de César Vallejo.

Gracias!! Poeta, gracias por lo que le has dejado al Perú, gracias y perdónanos por la falta de entendimiento, perdónanos por no estar a tu altura.

Por que[1] si hubo una vida que nunca se mintió a sí misma, ni a los demás; que recorrió su trayectoria con tan genuina autenticidad de hombre; que nunca intentó mitificarse o deformarse por ningún interés externo, por respetable que fuera; que jamás fue actor que representaba su vida, como un drama de escenario, sino el instrumento austero e inexorable que la testimonia y la vierte ante los hombres, como dolor que se transmuta en belleza, ése fue, César Vallejo.

Hoy se cumplen 70 años de su muerte, nuestro poeta murió enfermo y de pena, abandonado y relegado por el Perú, murió acompañado de su inseparable francesa Georgette, en una cama de una clínica en París, y con los peruanos de espaldas, murió un día que hubo aguacero, un día que hoy recordamos, brindemos pues y rindamos homenaje póstumo con un aplauso a este tan grande como incomprendido poeta peruano.

[1] Ref. Página 86, del Libro “Antenor Orrego, Modernidad y Culturas Americanas” de Eugenio Chang, Fondo Editorial del Congreso 2004