domingo, 15 de abril de 2007

Los Heraldos Negros

El siguiente poema[1] es decisivo en la evolución de Vallejo, ofició para él como un hito, como una prueba inequívoca de que era un gran poeta, un poeta mayor, el que le reclamaba una y otra vez Antenor Orrego.
Con la irrupción de un tono coloquial y de angustia vital, aquí hay un poema transicional entre modernismo y algo que ya no lo es.
El poema “Los Heraldos Negros” es el pabellón de popa del libro que lleva su nombre, y que mostrará a César Vallejo como un poeta en proceso de cambio entre “Modernismo” y lo que viene, lo que vendrá más tarde con el poeta mismo.
El poema fue dado a conocer por el poeta la noche del 10 de junio de 1917 en la casa del pintor bohemio Macedonio de la Torre.
“Los Heraldos Negros”
Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... Yo no sé!
Son pocos, pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!

[1] Cf. Pág 147 Los Heraldos Negros, Nueva Edición Crítica de Ricardo González Vigil, INC.

1 comentario:

Anónimo dijo...

puxa este poema es uno de los q mas me gustan:D pero algo no entiendo te lod digo despues te veo prontitoo:DDDD