Hoy 23 de Junio de 2007 se cumplen 5 días en Houston, llegué el miércoles luego de un viaje con escala en Miami, el viaje se decide el día martes a las 10:00 am, todo muy rápido, he vivido los días más intensos desde el día Jueves 05 de Junio en que mi cirujano me informa que sólo me quedan 6 meses de vida y que tengo un cáncer peritonial que ha tomado todo el estómago, es decir una metástasis.
Lo que vino después de esa noticia, fueron otras confusiones más, luego de informarme eso, mi cirujano también me informó que mi problema principal era que no podía nutrirme pues por que el tumor venía obstruyendo la digestión, y sin nutrición no podía iniciarse ningún tratamiento, por tanto me dio 2 opciones, colocarme una sonda permanente que permitirían que me alimente por las noches desde una máquina proveedora hasta fallecer, y como opción 2 me ofreció hacerme una maniobra de alto riesgo que tenía como objetivo colocarme una prótesis que abriría un conducto entre el estómago y el intestino, con muchas posibilidades de fracaso, y de ocurrir este, morir luego de una peritonitis al cabo de 2 días, pero que él me prometía que podía dejarme dormido y sin dolor en estos 2 últimos días que tenía para morirme.
Al cabo de 2 días de estar en el INEN, sin dormir, pues no dormiría hasta estar en Houston, me presentaron al oncólogo clínico, es decir a la persona que yo depositaría mis últimas esperanzas de vida, ¿como este señor manejo mis expectativas?, pues de la siguiente manera, me ofreció según él lo mejor, en los próximos 6 meses deberás usar de manera permanente un biberón colgado en el pecho que te irá proporcionando la quimioterapia en línea, es lo mejor para estos casos aseveró, y es lo que se utiliza en Estados Unidos, te ofrezco 50% más de vida (es decir 9 meses), o tal vez no, y te ofrezco mejorar tu calidad de vida, o tal vez no, todo depende de cómo tu cuerpo reaccione a la quimioterapia, hoy menos confundido y con las cosas más claras, pues por que vengo de conversar con los mejores profesionales del mundo, puedo asegurar que de quedarme en Lima, a estas alturas ya me habrían enterrado.
Decidí negar, soy negador por excelencia, como siempre me dice una amiga mía terapeuta, así que me coloqué el sombrero de Negador y negué, espero no tener que volver a tratar con ningún médico peruano nunca más en mi vida.
El día Lunes 09 de junio me dieron de alta, pase una semana de ansiedad, no sabía que hacer con lo poco de vida que me quedaba, empecé a pensar y planificar, sin embargo tenía un dolor en el estómago que nunca me pudieron quitar en Lima, además de no dormir ni un minuto, en realidad estaba muriéndome lentamente sin ningún tratamiento. El fin de semana me fui donde un místico que rezaba y te proveía de energía, y también a visitar a un médico naturista que me volvía a dar esperanzas de vida, con un tratamiento sólo de vegetales y frutas, para lo que me sirvió fue para ir al baño regresé con placer y victoria, como sólo se puede regresar luego de 10 días sin hacer nada de digestión, pero para esto tuve que negar más todavía a la medicina tradicional, y evite hasta los ansiolíticos, antidepresivos y somníferos que también me había recetado otro de los profesionales de la salud en Perú.
Llegó así el martes 17 en la mañana confirmando que nos esperaban el 18 en Houston para la primera de varias citas, el milagro de lo prematuro de esta cita merecen una redacción a parte.
Lo que vino después de esa noticia, fueron otras confusiones más, luego de informarme eso, mi cirujano también me informó que mi problema principal era que no podía nutrirme pues por que el tumor venía obstruyendo la digestión, y sin nutrición no podía iniciarse ningún tratamiento, por tanto me dio 2 opciones, colocarme una sonda permanente que permitirían que me alimente por las noches desde una máquina proveedora hasta fallecer, y como opción 2 me ofreció hacerme una maniobra de alto riesgo que tenía como objetivo colocarme una prótesis que abriría un conducto entre el estómago y el intestino, con muchas posibilidades de fracaso, y de ocurrir este, morir luego de una peritonitis al cabo de 2 días, pero que él me prometía que podía dejarme dormido y sin dolor en estos 2 últimos días que tenía para morirme.
Al cabo de 2 días de estar en el INEN, sin dormir, pues no dormiría hasta estar en Houston, me presentaron al oncólogo clínico, es decir a la persona que yo depositaría mis últimas esperanzas de vida, ¿como este señor manejo mis expectativas?, pues de la siguiente manera, me ofreció según él lo mejor, en los próximos 6 meses deberás usar de manera permanente un biberón colgado en el pecho que te irá proporcionando la quimioterapia en línea, es lo mejor para estos casos aseveró, y es lo que se utiliza en Estados Unidos, te ofrezco 50% más de vida (es decir 9 meses), o tal vez no, y te ofrezco mejorar tu calidad de vida, o tal vez no, todo depende de cómo tu cuerpo reaccione a la quimioterapia, hoy menos confundido y con las cosas más claras, pues por que vengo de conversar con los mejores profesionales del mundo, puedo asegurar que de quedarme en Lima, a estas alturas ya me habrían enterrado.
Decidí negar, soy negador por excelencia, como siempre me dice una amiga mía terapeuta, así que me coloqué el sombrero de Negador y negué, espero no tener que volver a tratar con ningún médico peruano nunca más en mi vida.
El día Lunes 09 de junio me dieron de alta, pase una semana de ansiedad, no sabía que hacer con lo poco de vida que me quedaba, empecé a pensar y planificar, sin embargo tenía un dolor en el estómago que nunca me pudieron quitar en Lima, además de no dormir ni un minuto, en realidad estaba muriéndome lentamente sin ningún tratamiento. El fin de semana me fui donde un místico que rezaba y te proveía de energía, y también a visitar a un médico naturista que me volvía a dar esperanzas de vida, con un tratamiento sólo de vegetales y frutas, para lo que me sirvió fue para ir al baño regresé con placer y victoria, como sólo se puede regresar luego de 10 días sin hacer nada de digestión, pero para esto tuve que negar más todavía a la medicina tradicional, y evite hasta los ansiolíticos, antidepresivos y somníferos que también me había recetado otro de los profesionales de la salud en Perú.
Llegó así el martes 17 en la mañana confirmando que nos esperaban el 18 en Houston para la primera de varias citas, el milagro de lo prematuro de esta cita merecen una redacción a parte.