“La precisión me interesa hasta la obsesión. Si usted me preguntara cuál es mi mayor aspiración en estos momentos, no podría decirle más que esto: la eliminación de toda palabra de existencia accesoria, la expresión pura, que hoy mejor que nunca habría que buscarla en los sustantivos y en los verbos….!ya que no se puede renunciar a las palabras!...
A continuación un encantador poema del libro “Poemas Humanos”, escrito en Francia, que recuerda hermosamente algún espacio de la ciudad y donde nuestro poeta coloca y ordena deliciosamente las palabras para transmitir nostalgia, tristeza y espera.
“Sombrero, Abrigo, Guantes”.
Enfrente a la Comedia Francesa, está el Café
de la Regencia; en él hay una pieza
recóndita, con una butaca y una mesa.
Cuando entro, el polvo inmóvil se ha puesto ya de pie.
Entre mis labios hechos de jebe, la pavesa
de un cigarrillo humea, y en el humo se ve
dos humos intensivos, el tórax del Café,
y en el tórax, un óxido profundo de tristeza.
Importa que el otoño se injerte en los otoños,
importa que el otoño se integre de retoños,
la nube, de semestres; de pómulos, la arruga.
Importa oler a loco postulando
¡qué cálida es la nieve, qué fugaz la tortuga,
el cómo qué sencillo, qué fulminante el cuándo!
[1] Ref. Página 11 Vallejo al Café, Jaime Campodonico, colección de Sol Blanco
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