jueves, 18 de septiembre de 2008

A un cascabel llamado Karina

Cuando hace más o menos 13 años me dijeron que podría ser padrino tuyo, lloré, lloré mucho como estoy llorando ahora, esa vez fue de emoción de saber que mi hermana querida depositaba en mi una responsabilidad tan pura y sublime. Hoy lloro por que aparentemente no podré cumplir con dicho encargo, estas líneas son para que me ayudes a cumplir con mi responsabilidad, no me quiero ir apenado por que hubiera querido corresponder con mayor énfasis y gratitud todo lo que tú me has dado Karina, me has llenado de dulce amor, has sido el cascabel que me recibía sonando como tal cuando llegaba y te encontraba, lamento hacerte pasar por esto hermosa, no quiero lamentar tener que dejarte, no quiero dejarte, quiero que sepas que estaré contigo siempre acá o allá pero siempre. Eres una niña dulce, hermosa y alegre, con la sonrisa siempre dispuesta, con la chispa siempre presente, con las ganas de servir sin esperar nada a cambio, con las ganas de bailar, de cantar, de gritar, no existen así no más personas Karina, valora lo que guarda tu corazón, valora lo que guarda tu espíritu, que nadie te lo quite nunca, recuerda a tu padrino como una persona que te amo con toda el alma y que ahora desde arriba te estará protegiendo.

Gracias por quererme así hermosa, con esa soltura, gracias por amarme así con esa frescura, gracias por ser como eres, sigue siendo así Karina de mi alma, sigue siendo así y sólo te esperará felicidad en la vida.

Adora a tu famila, a tu madre, a tu padre, a tus abuelos, a tus primos, quiere a tus seres queridos como ahora los quieres y sólo te esperará en la vida un camino cargado de dicha.

Bueno hermosa esta es mi carta de despedida, te amo mucho.
Tu padrino

No hay comentarios: