miércoles, 23 de mayo de 2007

¿Es Lícito Robar? - Santo Tomás de Aquino

Artículo 7 – No es Lícito robar por necesidad

En su artículo Santo Tomás Aquino formula 3 posiciones que señalan el hurto como algo ilícito:

1. Según los cánones[1], aunque el hurto sea promovido por la necesidad y el hambre, esto se astiga con una penitencia, luego nos es lícito robar por necesidad, es decir es pecado.
2. Aristóteles[2] menciona que el hurto está incluido dentro lo que se considera malicioso, y lo que en si es malo no puede tornarse bueno. [3]
3. Finalmente, uno debe amar al prójimo como así mismo, por lo tanto no es lícito robar al prójimo para satisfacer algo propio.

Santo Tomás de Aquino pasa a sostener que las cosas son por naturaleza comunes en caso de necesidad, y siendo así no parece ser pecado el que alguien tome una cosa convertida en común por necesidad. Y según el orden otorgado por la divina providencia:

Todos los objetos inferiores están ordenados a subvenir a las necesidades humanas.
Por derecho natural las cosas en que sobreabunda al rico, están destinadas para la sustentación del pobre.
Si la necesidad es urgente, se puede usar lo ajeno.

A las 3 posiciones presentadas al inicio Santo Tomás de Aquino responde así:

1. Que el Canon habla sólo de lo no urgente.
2. A Aristóteles, que la necesidad convierte lo de otro en algo de uno.
3. A lo tercero, le responde indicando que se puede tomar lo ajeno, para socorrer al prójimo gravemente necesitado.

Opinión personal:

Analicemos cuatro posibilidades (I, II, III y IV), que se presentan con las combinaciones de robar o no robar, y de ayudar o no ayudar, asumiendo antes 3 premisas:
a. El objeto no es de primera necesidad para su dueño.
b. El Necesitado sólo puede salvar su vida con la posesión del objeto.
c. El objeto puede sólo ser obtenido mediante el robo.
Si asumimos también, que es poder y decisión de uno robar o no robar, y ayudar o no ayudar:
· Descartamos II y IV, pues dejan sin vida al Necesitado.
· Y dada la premisa c, descartamos III, pues al no robar el objeto no podríamos obtenerlo y el Necesitado moriría.

El hombre por el temor al discernimiento, ha dejado todo en blanco o en negro, estableciendo leyes absolutas y no expuestas a la razón discursiva, si pudiéramos tener Jueces sabios y no otros, podríamos categorizar a “el robo” como lícito o ilícito según el contexto y aplicaríamos así una verdadera justicia.

[1] El texto no menciona a que cánones se refieres, son aparentemente cristianos.
[2] La Ética, Libro 2, capítulo 6.
[3] Entendería que se debe al principio de no contradicción de Platón.

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